La Regla 2 Minuto de como-encontrar-el-amor



Antiguamente que te derribe, olmo del Duero, con su hachuela el leñador, y el carpintero te convierta en pelo de campana, aguijada de carruaje o yugo de carreta; antes que rojo en el hogar, mañana, ardas en alguna mísera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón aplazamiento todavía, alrededor de la fuego y cerca de la vida, otro fenómeno de la primavera.

Cerca del Tajo, en soledad amena, de verdes sauces hay una espesura toda de hiedra revestida y llena, que por el tronco va hasta el importancia y Figuraí la teje en lo alto y encadena que el sol no halla paso a la verdura; el agua baña el prado con sonido, alegrando la pinta y el oreja. Con tanta... Ver mas

Me gusta releer a Cavafis, y me gusta esta impresión que ahora tengo en mis manos y algún día, hasta apartado, yacerá en mi biblioteca, cuando los versos más bellos aunque reposen todos en mi mente y no precise de la relectura para recitarlos…

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu aspecto de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.

arder como la vela y consumirse, haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo en absoluto arrepentirse;

El deseo de flirtear surge de forma natural, se trata de una necesidad que surge por sí sola en todo ser humano para satisfacer parte de las expectativas de la vida. No siempre el amor es ciego, cada persona vive el amor de una forma diferente. A veces aún ocurre el creer estar enamorado de una persona, pero finalmente descubrimos con el tiempo que tal sentimiento no era amor verdadero, si no que más admisiblemente todo quedó en entretenimiento.

Extrañamente, mi abuela, mi origen y @elbecario han coincidido en recomendarme una dieta blanda de libros. Traducido a mi visión de la cosa: libros superficiales que inducen a un sueño profundo y quizá apropiado (lo primero lo necesito, aunque lo segundo me lo tendría que cobrar).

Hemos perdido aún este crepúsculo. Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas mientras la Perplejidad celeste caía sobre el mundo. He visto desde mi ventana la fiesta del poniente en los cerros lejanos. A veces como una moneda se encendía un pedazo como-encontrar-el-amor de estrella entre mis manos. Yo te recordaba con el alma apretada de esa tristeza que tú me conoces.

Y cuando llegue el día del último vïaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a borde pueril de equipaje, casi desnudo, como haga clic para leer más los hijos de la mar.

Adicionalmente de estos libros de poesía concebidos para el notorio de niño, hay incluso buenas recopilaciones de poemas de autores conocidos. Es hermosísimo El silbo del dale (Edelvives) de Miguel Hernández.

Escribir sobre poesía es multiplicar los riesgos de rematar haciendo el ridículo. Contra todo lo antecedente existe un contraveneno, el humor, y una remuneración, la fidelidad, por Nacho Segurado.

¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento.

Sólo sabrás que ha enfrentado el amor verdadero, cuando sientas y sepas a ciencia cierta que esa persona que está a tu lado es la persona con la que quieres acaecer y compartir el resto de tu vida.

Una esperanza un huerto un páramo una migaja entre dos hambres el amor es campo minado un Multitud de la sangrecáliz y musgo, cruz y sésamo escaso bisagra entre voraces el amor es un sueño despejado un ce...

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